Más allá de transformar la matriz energética, necesitamos transiciones profundas para superar las crisis socioecológicas que vivimos. Mujeres pensadoras y activistas proponen enfoques ecofeministas, reflexiones y procesos concretos para enfrentar las causas de la crisis y transitar hacia formas de vida y organización política más justas, diversas y ricas.
Querida lectora, querido lector: le invitamos a entrar en esta pieza de arte en la que encontrará diversas expresiones, momentos y sensaciones de varias mujeres que escribieron para la convocatoria de escritos llamada «Feminismos Andantes». Usted, además de aprender un poco más sobre los feminismos, podrá tener relatos de vidas reales, pues, muchas de nosotras hemos sido víctimas, sobrevivientes y de-construidas desde el amor y la libertad de ser. No les mentiré: en muchos casos, llorará; en otros, tendrá momentos de risa, alegría y dignidad y, también, de profunda reflexión sobre lo que ha significado ser mujer y por lo que luchamos tantas de nosotras desde diversas orillas.
Soñar con el cambio de una sociedad requiere millones de voces diversas decidiendo y definiendo lo que el mundo debe ser. Un mundo donde quepan las mujeres y los hombres, como toda forma de sentires propios desde la libertad de ser. Hasta ahora esas voces que deciden han sido mayoritariamente masculinas y blancas. Por eso nace la Escuela Feminista Mujeres al Poder, una iniciativa soñada para ampliar los espacios de las mujeres, un lugar para materializar ese poder con el que contamos todas.
Las garantías de no repetición de los hechos de violencia que se perpetraron contra las mujeres, la convivencia, la reconciliación y la construcción de la paz pasan por la ineludible responsabilidad ética y política de explicar cómo han quedado las mujeres expuestas al dolor y al sufrimiento originados por las violencias y las lógicas patriarcales y capitalistas del conflicto armado colombiano. En esta dirección, la verdad narrada por las mujeres debe contribuir a que sus vidas sean consideradas valiosas y sean parte del interés y la preocupación social, como un eslabón necesario para repararlas.