Las diversas crisis que hoy nos afectan como especie, nos reafirman la necesidad de realizar diversas transiciones socioecológicas, entre ellas la transición energética. A pesar de ser una de las más necesarias por el sentido de urgencia que despierta la crisis climática y su efecto devastador en todos los sistemas que conforman nuestras sociedades, esta transición está cayendo bajo enfoques y fines corporativos que no reivindican los motivos por los cuales anunciamos y sentimos, desde la evidencia territorial, vivencial y científica, que estamos en una crisis.