Lograr acercar la ciencia ciudadana a la cotidianidad resulta un tanto utópico si se piensa en la diversidad social y territorial de la que somos parte. Para muchas personas, es un gran reto conectarse con la esencia de la vida mediante pequeñas pero significativas acciones, debido a la inmediatez y velocidad en la que estamos inmersos globalmente que nos distrae y desconecta de un ejercicio tan sencillo como respirar conscientemente y valorar la buena calidad del aire.