Calidad del aire y ciencia ciudadana: un ejercicio compartido por la justicia ambiental
Lograr acercar la ciencia ciudadana a la cotidianidad resulta un tanto utópico si se piensa en la diversidad social y territorial de la que somos parte. Para muchas personas, es un gran reto conectarse con la esencia de la vida mediante pequeñas pero significativas acciones, debido a la inmediatez y velocidad en la que estamos inmersos globalmente que nos distrae y desconecta de un ejercicio tan sencillo como respirar conscientemente y valorar la buena calidad del aire.
Sin embargo, varias personas hemos venido encontrándonos, reconociéndonos y vinculándonos en torno a los elemento fundamentales para la vida: el aire, el agua, la tierra y sus constantes cambios y ese hilo invisible que lo teje todo y nos deja tan unidas que, aun si estamos a pocos o miles de kilómetros, experimentamos la conexión de nuestras visiones acerca de un lugar mejor en el que todos los seres vivos podamos existir.
Se trata de encuentros en momentos concretos, algunos planeados y otros fortuitos. Y tenerlos ha hecho que se sumen muchas voluntades en una co-creación: la Red Ciudadana Nacional por la Calidad del Aire, que se amplió en 2021 para ser la Red Ciudadana Latinoamericana por la Calidad del Aire. En ella se han reunido diversas formas para entender y promover el derecho al ambiente sano, más específicamente, el derecho al aire limpio.
Cada persona, colectivo, organización y comunidad que hace parte de la Red tiene una historia que contar. Sus experiencias en relación con la calidad del aire a partir del ejercicio activista de medir y tomar datos muestran lo que es hacer ciencia ciudadana:
[La ciencia ciudadana] permite a la sociedad avanzar en una mejor comprensión del entorno, de los servicios ecosistémicos o de los riesgos ambientales y, a menudo, [conduce a una mayor] conservación del [ambiente] y [a] la mejora de la salud ambiental (…). Beneficia, [entonces], tanto al colectivo científico, como a la ciudadanía. (Creaf, s.f.).
Además, con su liderazgo, han sido inspiración para que más ciudadanas y ciudadanos, gente del común, comprendan la vital importancia de entender y abordar el asunto de la calidad del aire.
CanAirIO, uno de los elementos que hacen parte de este número de Ideas Verdes, es una de las herramientas de las que hablamos, específicamente, de medición de la calidad del aire. Y se orienta a la apropiación y divulgación del tema. Ha sido, precisamente,
resultado de un ejercicio ciudadano.
Muchas personas la llaman Canario y esa propensión tiene sentido y una razón histórica. Hasta la pasada década del 80, los canarios, aves pequeñas con hermosos cantos, se utilizaban como «medidores naturales» de la calidad del aire en las minas de carbón, pues ellas respiran mucho más rápido que los seres humanos. Si el ave resistía el ambiente que había en las minas, las personas estarían seguras del aire que respiraban; si las aves morían, se entendía que los niveles de gases eran demasiado tóxicos para estar allí (University of Exeter, s.f.); lo dice hasta una canción del grupo Police, titulada Canary in a coalmine, de «vivir la vida como un canario en una mina de carbón» (Police, s.f.).
En el caso de la herramienta creada, un juego de palabras originó el nombre con el que se bautizó, tomando como fuente canario: Air de Aire y el sufijo io de las páginas [web], en las que «los usuarios como desarrolladores o informáticos en general tienen una primera pista sobre la temática del contenido de una página (…) al ver la abreviatura de Input/Output»1 (…) «Así quedó el nombre de CanAirIO» (Bernal, s.f.).
Este «canario: CanAirIO, es un sensor de bajo costo que mide el material particulado PM2.5 y es una de las herramientas con las que cuentan 20 personas gracias al esfuerzo colectivo liderado por la Fundación Heinrich Böll, que en 2020 financió el curso Nuevos Aires. El resultado, luego de un proceso de formación y formulación de proyectos de más de 50 personas, fue la entrega de 20 kits de monitoreo que incluyeron un sensor CanAirIO y otras herramientas pedagógicas.
Con los kits se ha podido, mediante el monitoreo, conseguir datos sobre la calidad del aire de 20 lugares de la geografía nacional. De estos ejercicios de monitoreo, siete personas nos cuentan en este boletín sus experiencias: activismo llevado a la acción, elementos valiosos que demuestran que la calidad del aire y la justicia climática se conectan también, pues la necesidad de acudir a esta última se hace evidente cuando hay datos para mostrar.
Dicho de otra manera, no nos quedamos en la queja, pasamos a la acción. Por eso, este esfuerzo colectivo se refleja, además, en el estudio de Camilo Quintero, experto en los temas de calidad del aire. Él nos deja ver con su experticia y conocimiento el tejido intrínseco que existe entre el cambio climático, la calidad del aire y la justicia ambiental.
Todavía hoy, muchas personas ven separados estos tres elementos: les falta comprender que la naturaleza es un sistema integrado y si hay hay un desbalance en alguno de sus componentes, todo el sistema empieza a proyectar ese desequilibrio aun cuando no sea en la parte directamente afectada.
Todo, absolutamente todo está conectado y probablemente se haga la diferencia al darnos cuenta de esos tejidos que nos unen, al ser conscientes del aire que respiramos, tomar una bocanada de aire tan profundo que sintamos la vida palpitar por nuestro cuerpo en el momento presente. Ese aire que esperamos sea más limpio, tal vez nos permita salir del automático en el que vivimos en una carrera contra el tiempo.
Las palabras que están en las páginas siguientes de este boletín son, por tanto, el reflejo del trabajo arduo y con convicción de quienes esperamos seguir fomentando la pedagogía, las relaciones con propósito y la ciencia ciudadana a favor de la vida.
Alba Cecilia Sandoval Dueñas
Directora
Trébola Organización Ecológica
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Table of contents
Índice
2 Introducción
4 Calidad del aire, crisis climática, género y justicia ambiental
19 EXPERIENCIAS CIUDADANAS. NUEVOS AIRES 2020
20 En la Comuna 1 y desde el barrio Las Américas. Algunas reflexiones sobre la calidad del aire en un ejercicio familiar
24 Aire soy al aire. La aventura del canario, entre burros, búhos y líbélulas
27 Itinerario de un CanAirIO
31 En Cundinamarca. Ciencia ciudadana para construir la red de monitoreo de calidad
de aire en los municipios
35 Nuevos Aires llegan a Suacha
38 #AraucaRespira: un frente de colonización por la calidad del aire
en una ciudad de la Orinoquia colombiana
41 Desde la frontera, en San José de Cúcuta
Experiencia del aire, su mejora y la medición del material
particulado