El proceso de paz genera un reordenamiento de poderes y de territorios y se presentan mandos que quieren copar dichos territorios (legales e ilegales). Hay violencias alrededor de las economías de guerra de los cultivos de coca, de las rutas del narcotráfico, la minería ilegal y elementos de poder político.
El documento busca realizar un recorrido por el fenómeno de los grupos narcoparamilitares, a partir de las investigaciones adelantadas por Indepaz desde el 2006.
Desde la firma del Acuerdo de Paz en el Teatro Colón en Bogotá entre el Gobierno de Juan Manuel Santos y las FARC el 24 de noviembre de 2016, se viene implementando lo pactado en ese documento, por supuesto, unos puntos avanzan con más agilidad que otros y otros se mantienen estancados por completo.
Con tres años largos de conversaciones exploratorias, el 7 de febrero de 2017 el Gobierno y Ejército de Liberación Nacional (ELN) anunciaron al país el inicio de conversaciones de manera formal. Al igual que lo sucedido con las Farc, se informó la existencia de la garantía de un acompañamiento internacional por parte de Ecuador, Cuba, Brasil, Chile y Noruega, a los que se le sumarían luego un bloque europeo, con Holanda, Alemania, Suecia e Italia. Dos meses después, ya instalada la Mesa en Quito, se dio el primer anuncio de carácter positivo, el desarrollo de un programa piloto para desminado humanitario.