Cartografía de la Desaparición Forzada en Colombia
Para las personas que llevamos décadas acompañando las resistencias en Colombia, la dimensión del terror no es mensurable. Escuchados miles de testimonios, recorridas las veredas del dolor, escritas las historias, dibujadas las emociones, fotografiados los silencios... parece que no hay forma ya de explicar lo que, teniendo explicación, no se quiere entender.
Los complejos conflictos que atraviesan la realidad colombiana tienen raíces históricas y explicaciones coloniales y postcoloniales que a ningún experto le pueden parecer extrañas. Es cierto que ‘guerra’ puede ser un concepto escaso para describir la realidad del país. Otras palabras o términos —violencia, control territorial, oligarquías, mercados ilícitos, mafiocracia, venganza, crimen organizado— no son más que vectores de una realidad degenerada al extremo y cuyas formas de producir dolor, miedo y control van mutando sin desaparecer.
Por eso no puede parecer estéril el intento de seguir trazando mapas que sitúen en su dimensión real los mecanismos del terror y de la muerte que han convertido al país en un laboratorio de la necropolítica que parece no permitirse pausa ni descanso.
No se trata de una moda –la de cartografiar- sino de una herramienta de uso muy limitado hace años y que ahora nos sirve para democratizar la información y situarla en un plano, el espacial, que nos ayude a esbozar hipótesis de trabajo que permitan frenar estas dinámicas o, cuando menos, resistir a ellas con más y mejores datos.
Esta Cartografía de la Desaparición Forzada en Colombia puede considerarse como la primera entrega del inmenso caudal de información disponible de fuentes contradictorias que hemos procesado; un primer paso para, luego, en posteriores trabajos, iniciar líneas de investigación específicas. Este primer ejercicio, el que tiene en sus manos, ya permite avizorar muchas de esas líneas de investigación y por eso no queríamos cerrarlo sin mostrar algunos de los caminos que pretendemos recorrer.
Este trabajo no es una foto estática, porque la desaparición forzada ha evolucionado en sus formas, razones y derivas, pero sí permite adelantar hipótesis no menores. La más evidente, y la más negada por algunas de las fuentes oficiales, es la relación directa entre la desaparición forzada y el conflicto armado. Las zonas de mayor afectación se solapan con aquellas áreas de mayor intensidad del conflicto armado y, por tanto, parece evidente que la desaparición forzada ha sido un arma de guerra.
La segunda hipótesis que toma forma es que allá donde las comunidades o colectivos se han opuesto a megaproyectos económicos legales o ilegales los casos de desaparición forzada se han multiplicado.
Hay más posibilidades de análisis y se van a ir apuntando en esta Cartografía que no pretende ser conclusiva, sino que sólo quiere ser una herramienta más en el difícil camino para encontrar la verdad, la justicia, la reparación de las víctimas y, ante todo, generar las garantías de no repetición.
Esta Cartografía es el reflejo de un intenso trabajo de casi tres años que se puede encontrar en el repositorio virtual Desaparicionforzada.co. Allí son cientos los mapas que cuentan una de las caras más duras del conflicto tratando de evitar su despersonalización. No hay números ni coordenadas en la cartografía de la desaparición forzada, sino vidas individuales hurtadas a cambio de dolor, persecución y estigma. Por eso, este trabajo lo realizamos y lo ofrecemos en homenaje a esas víctimas y a sus familias, también víctimas del delito y, ante todo, de la indolencia oficial y social que ha primado en Colombia respecto a la desaparición forzada.
El deseo del colectivo que está detrás de esta Cartografía es que sea consultada, utilizada, mejorada y ampliada por todas aquellas personas que investigan y trabajan en el área de los derechos y de la justicia. Se trata de que entre todas hagamos contrapeso a la desinformación, manipulación y anecdotización de la violencia que se utiliza como arma de guerra en la trinchera de la opinión pública.
Que la vida de los tantos desaparecidos de forma forzosa y que la resistencia de los pocos que no han cesado en la búsqueda y la denuncia hagan estallar el silencio de los muchos.