Colombia tiene las condiciones para una transición del sector eléctrico planeada y progresiva más allá del carbón

En un contexto global donde la búsqueda de la sostenibilidad se erige como un imperativo, la Agencia Internacional de Energía (AIE), en su escenario de cero emisiones netas de dióxido de carbono (CO2), proyecta que para el 2040, la matriz eléctrica mundial prescindirá de las termoeléctricas a carbón. Esta determinación se presenta como un cimiento fundamental para lograr una estabilización de la temperatura planetaria en 1.5 °C al 2050, respecto a los niveles preindustriales. En la misma línea, la Estrategia Climática de Largo Plazo de Colombia (E2050) es clara: para alcanzar un futuro carbono neutral, “la demanda [final] de energía debe migrar hacia la electricidad”.

Bajo ese escenario, el sector eléctrico se enfrenta a un desafío de gran magnitud: garantizar un suministro de electricidad renovable, confiable y asequible. Sin embargo, la transición no debe limitarse únicamente a estos aspectos técnicos. Es imperativo que esta transformación se realice de manera justa, vinculando a todos los actores involucrados.

En un entorno donde la generación de electricidad a partir del carbón se torna cada vez más costosa y menos competitiva en comparación con las alternativas renovables, se plantea la pregunta fundamental: ¿Sigue teniendo sentido generar electricidad a base de carbón? Son cada vez más los estudios que indican que la transición hacia fuentes no convencionales de energía renovables (FNCER) ofrece beneficios significativos en términos de costos, generación de empleo y reducción de emisiones4, presentándose como una opción más viable y coherente.

Este documento expone las razones que respaldan la necesidad de emprender una transición planificada más allá del carbón en la generación de electricidad en Colombia. Además, se presentan puntos clave, así como acciones transversales que fundamentan la viabilidad y el éxito de esta transición.