Democracia, representación y nuevas formas de participación
El modelo económico y político imperante en el siglo xxi –la democracia liberal– se encuentra en su más profunda crisis de legitimidad desde el inicio de su apogeo, al final de la Guerra Fría en 1989. En 30 años, los postulados principales sobre los que se cimentan las democracias contemporáneas –los derechos humanos, el libre comercio y la cooperación internacional– no habían sido objeto de cuestionamientos tan generalizados y abstractos. A pesar de que muchos de ellos parecieran propios de una retórica de principios del siglo xx, otros responden a una dinámica propia del agotamiento del sistema político-económico liberal, agotamiento que ha hecho evidentes sus propios límites y vacíos conceptuales, y ha abierto el espacio para el surgimiento de contra-sistemas que se basan en el derribamiento de algunos de los postulados principales del liberalismo.