Mujeres al Poder
Soñar con el cambio de una sociedad requiere millones de voces diversas decidiendo y definiendo lo que el mundo debe ser. Un mundo donde quepan las mujeres y los hombres, como toda forma de sentires propios desde la libertad de ser. Hasta ahora esas voces que deciden han sido mayoritariamente masculinas y blancas.
Pero para nosotras las mujeres solo existe el «pequeño» mundo que nos han dejado… la casa, ese lugar donde se construye el primer espacio democrático y de disputa del poder, que luego pasa por lo comunitario. Es cierto, nos han sacado de la historia, nos niegan la escritura, el pensamiento, el poder y el derecho a ser y decidir; nuestras agendas parecen ser las de los temas blandos. Hemos sido invisibles y tratadas como objetos desde el inicio de la historia escrita que rige nuestra existencia. Pero ¿somos todavía invisibles? Sí y no.
Ha sido un camino largo donde nuestras agendas se han centrado principalmente en nuestro cuerpo y en nuestra autonomía económica, política, social y cultural, en especial beneficiosa para mujeres de clase media, media alta y alta, de tez blanca y, en algunos lugares, marrón y afrodescendiente. Sin embargo, esa no es la realidad del 99 % de las mujeres en el mundo. Como dice Nancy Fraser, la mayoría de ellas siguen sin tener autonomía alguna, son tratadas como objetos y las ventanas de oportunidad son casi nulas para ellas; por un lado, por el sistema patriarcal, el modelo económico y el dominio del hombre en cualquier esfera y, por el otro, al tener un campo de acción tan reducido de lucha para los derechos y oportunidades hacia las mujeres, solo hemos podido entrar por una pequeña ventana y una minoría. Los espacios logrados para las mujeres solo han sido para aquellas privilegiadas o quienes han renunciado casi a todo para abrir otra mirada sobre el mundo; excepcionalmente otro tipo de mujeres logra entrar a ese mundo de privilegios, contactos, poder, conocimiento ortodoxo y relaciones amorosas.
Por eso nace la Escuela Feminista Mujeres al Poder, una iniciativa soñada para ampliar los espacios de las mujeres, un lugar para materializar ese poder con el que contamos todas. Esta Escuela fue construida para llegar al poder y definirlo en cualquier espacio, por muy pequeño que sea. Y, no me malinterpreten, de ese mundo también hacen parte los hombres, pero no deben ser la mayoría; no pueden seguir definiendo los destinos del planeta entero sin contar con nuestras voces, como tampoco puede seguir siendo un mundo de solo hombres blancos, sino con toda la diversidad que existe en la masculinidad. Escuela solo es un granito de arena que se suma a los diversos esfuerzos que se hacen desde distintos lugares y miradas para cambiar esta realidad de negación e invisibilización de
las mujeres y sus apuestas de construcción de sociedades. Hay muchos ejercicios en Colombia y el mundo que desde hace mucho tiempo atrás desarrollan procesos de formación para el cambio.
Dentro de este libro podrá encontrar lo que ha sido construir desde hace más de dos años la experiencia de Mujeres al Poder, Escuela que cree que las mujeres ya tienen el poder para hacer y transformar. Como las ideas de cambio, solo necesitan de una que otra herramienta y apoyo para seguir luchando por una sociedad para todas, todos y todes. Por esto, las herramientas y temáticas utilizadas son teórico-prácticas y están basadas en un análisis y, si se quiere, desde una construcción de conocimiento empírico. Las dos experiencias que hemos diseñado pueden ser de ayuda para mujeres que ya lideran procesos de transformación real para sus comunidades. La primera Escuela fue para mujeres precandidatas a cargos de elección popular local y, la segunda, para lideresas sociales y socioambientales que buscan realizar incidencia política y transformación local desde diversos territorios. El centro de
la Escuela está en dar y aprender de las mujeres que participan en estos espacios, y en ofrecer la libertad de crear con nosotras diversos espacios que busquen contribuir a la paz, al cuidado de los territorios y a los derechos de las mujeres.
Gracias a todas las mujeres que han participado en este proceso, ya sea como profesoras, estudiantes, panelistas, asistentes logísticas y administrativas, periodistas, comunicadoras y soñadoras. Esta Escuela se pudo hacer gracias a cada persona que quiso ver en este espacio una obra colectiva en construcción. Añoro que algún día seamos millones de mujeres definiendo el destino de nuestros territorios y comunidades de la mano de otros y otras, pero siendo visibles, escuchadas y, sobre todo, reconociéndonos entre nosotras desde el amor y el profundo respeto, aún en la diferencia.
La Escuela Mujeres al Poder, con doscientas mujeres formadas hasta el momento, se siente honrada de ser vista por usted. Ojalá este pequeño experimento le sirva al sueño que seguro ya ha estado creando en solitario o en colectivo.
Laura Isabel Villamizar Pacheco
Coordinadora del Programa
Democracia y Derechos Humanos
Fundación Heinrich Böll,
Oficina Bogotá - Colombia