Las infinitas maneras como los seres humanos vivimos y nos relacionamos con la energía en todas nuestras actividades tienen consecuencias en las múltiples formas de vida. Estos impactos van desde el debilitamiento ecológico de paisajes cercanos hasta la crisis climática global, y suelen estar marcados por disputas humanas por el poder, las ganancias y el control de la energía. Las historias que conectan nuestras ideas y nuestros usos de la energía con las crisis ecológicas en distintas escalas permanecen ocultas. No nos atrevemos a investigarlas, ni a imaginarlas; no permitimos que nos hablen, que nos muestren los dolores que atraviesan, ni que nos sugieran, quizás, alguna posibilidad de giro. Consumimos energía todo el tiempo. Para movernos, iluminarnos, cocinar, entretenernos. Acudimos a ella de forma mecánica, hace parte de nuestra vida, suponemos que está y estará ahí cuando la necesitamos. Nuestro máximo esfuerzo es pagar un recibo de luz, de gas o entregar unos billetes en la gasolinera.
Estas formas de energía, sin embargo, no nacen, ni desaparecen, de forma espontánea. Las extraemos, movemos y dejamos disipar por medios muy variados. Todos ellos dejan huellas. Las huellas de la energía están en los ríos que se desvían y se represan, y también en el desconcierto de los peces que encuentran un muro y no pueden subir a desovar. Las huellas de la energía palpitan en las heridas profundas de las familias y comunidades que perdieron sus líderes por oponerse a su construcción. Quedan marcadas en nuestras montañas que pierden sus glaciares y en los indígenas de la Sierra Nevada de Santa Marta que, por eso, ya no encuentran tan fácilmente sus canales espirituales. En el mar, estas huellas blanquean y matan los corales. Las huellas de la energía estarán en la memoria de los sobrevivientes de tsunamis y huracanes y en los relatos de los más de 7 millones de desplazados climáticos que hubo en 2019.
Estas huellas están en el pasado, las vemos en el presente y las presentimos en el futuro. Prever las huellas del futuro es un ejercicio, claro, que pueden hacer modelaciones científicas que brindan los escenarios que describen los expertos en temas climáticos. Pero solo la observación sensible y la imaginación nos pueden revelar estas huellas en el mundo cotidiano, en la trayectoria de seres vivos. En “Huellas de la Energía” encontramos, por ejemplo, cómo los campesinos registran que la danta por la explotación petrolera ya no encuentra su árbol preferido –el chupo de danta- como lo narra Stephany Narváez en su crónica. Jaime Quintero y Juliana Betancur, en “La Despedida” tejen la historia de despoblamiento de una vereda por la construcción de una represa desde el mundo de una niña que ve irse a su noviecito y, luego, desfallecer el cultivo de tomates que su papá abandonó por volverse obrero del proyecto. En “La Solución”, Iwan Rodríguez muestra cómo una nueva tecnología para enfriar el planeta arriesgará la salud y la vida de un abuelo; en “Distopía 2151”, de Alma Cielo Ochoa Sterling, una madre le da a su hija el nombre Luna, como una evocación a las historias de los tatarabuelos, porque la polución nunca las dejará ver este asteroide. “Más Allá”, el relato de Andrés Gómez nos deja ver el paisaje en las inmediaciones de campos petroleros en la Orinoquía, donde apenas sobrevive el chaparro, una planta resistente a todo, cuyas hojas son tan ásperas como una lija número 80; y cómo el jefe petrolero, después de décadas, se va volviendo tan áspero como el chaparro y se va quedando, por dentro, seco, muy seco…
Este libro es una invitación a des-cubrir las huellas de la energía. ¿Por qué? ¿Para qué? Porque, aunque nutren nuestra vida, parece que estuvieran ocultas, que no existieran. En este libro las invitamos a ser personajes, a mostrar cómo se entretejen con nuestras historias, amistadas, hábitos, decisiones, enfermedades, duelos, nuevos delitos, nuevos levantamientos sociales (como en la historieta “Profecías” de Sebastián Chalela) y cómo las huellas de la energía cada vez ahogan más las condiciones de nuestra existencia. Piensen nada más que la humanidad emite cada segundo tanto calor como cuatro bombas atómicas. Y las huellas de la energía nos aplastan (como los cilindros de Ludwwin Espitia) y nos cambian los abanicos de opciones, nos ponen ante nuevas disyuntivas.
Así, desde la Fundación alentamos por medio de una convocatoria pública a personas de cualquier parte y con cualquier formación y experiencia a escribir cuentos, guiones, poemas, cómicos y a hacer ilustraciones que exploraran las conexiones (o las barreras y contrastes) entre nuestros usos de la energía y el trayecto que ella recorre antes y después de nuestro disfrute, así como los conflictos que activa y las huellas que deja este recorrido en la naturaleza, en las culturas por donde pasa y en personas o comunidades. La convocatoria también llamó obras que indagaran sobre la forma en que los cambios de disponibilidad de energía (por abundancia o escasez) tienen el poder de generar cambios sutiles y profundos en diferentes ámbitos y escalas y que también se preguntaran por escenarios futuros de vida en entornos de escasez energética, desde crisis ecológicas y políticas hasta posibilidades de transformación política y cultural; o, quizás, que mostraran procesos actuales de transición energética, de nuevas formas de relacionamiento individual o colectivo con la energía.
Nos llegaron casi 50 obras. Con el apoyo de lectores cercanos a los temas de energía y de Santiago Patarroyo Rengifo fueron seleccionadas 18. En el libro buscamos un balance entre cuentos, poemas, crónicas, cómicos e ilustraciones; así como de autoría de hombres y mujeres. Presentamos el libro en el Museo Nacional el 12 de diciembre de 2019 en una rica y diversa conversación con los y las autoras, y las palabras de Renzo García acompañado por un grupo de delegados del Movimiento Nacional Ambienta y la Alianza Colombia Libre de Fracking.
Descargue aquí el libro "Huellas de la energía. Poemas, cuentos e ilustraciones en tiempos de crisis ecológica"
Galería: presentación del libro Huellas de la Energía, 12 de diciembre en el Museo Nacional, Bogotá D.C.
Autores y autoras de las obras del libro Huellas de la Energía
Presentación libro Huellas de la Energía
Presentación libro Huellas de la Energía
Presentación del libro Huellas de la Energía
Presentación del libro Huellas de la Energía
Renzo García del Movimiento Nacional Ambiental
Presentación del libro Huellas de la Energía
Ludwwin Espitia, autor de la portada del libro "Cilindro Niña" y las obras "Cilindros" y "Esa ligera incomodidad destructiva"
Natalia Orduz Salinas, dirección editorial Huellas de la Energía y coordinadora programa socioambiental HBS
Presentación libro Huellas de la Energía
Oneida Suárez, autora poema "Diez Veranos, Diez Inviernos"
Silvana Flórez, autora ilustración "Caminos extraviados"
Sebastián Chalela, autor historieta "Profecías"
Andrés Gómez, autor del relato corto "Más Allá"
Mamá de Alma Cielo Ochoa, autora del relato corto "Distopía 2151"
Ángela Valenzuela, coordinadora editorial del libro y responsable de comunicaciones de la HBS
Jorge Piragua Forero, autor del poema "Prometeo Agotado"
Juliana Betancur, coautora del relato corto "La Despedida"