En el debate sobre la comida chatarra: derrota de la sociedad civil a manos de la industria
Desde 2016, se vienen debatiendo en Colombia medidas que buscan reducir el consumo de bebidas azucaradas y de comidas con un alto contenido de azúcar, sodio o grasas saturadas (conocidas coloquialmente como comida chatarra). Ese año, el Ministerio de Salud impulsó sin éxito un impuesto para desincentivar el consumo de productos como gaseosas, tes y bebidas de fruta, azucaradas. Uno de los principales opositores de la medida fue el entonces senador y hoy presidente del país Iván Duque. Entre 2017 y 2018, la organización Red PaPaz (Red de padres y madres), con el apoyo de varias organizaciones, entre ellas, el Centro de estudios de derecho, justicia y sociedad (Dejusticia), Educar Consumidores y la FoodFirst Information and Action Network (FIAN) Colombia, impulsó el proyecto de ley 019 de 2017 que buscaba, entre otras medidas, prohibir la venta de estos alimentos en escuelas primarias, regular su publicidad en televisión abierta e indicar con un etiquetado frontal si un producto es alto en grasas, sodio, azúcar o grasas saturadas.
El problema no es menor. Según la Encuesta Nacional de Situación Nutricional (Ensin) de 2015, la incidencia del sobrepeso y la obesidad aumentó en todos los grupos de edad con respecto a 2010. En su mayoría, los estudios científicos en la materia coinciden en que existe una correlación entre el consumo de productos ultraprocesados y la obesidad y el sobrepeso (Poti, Braga y Qin, 2017). Un reporte de 2015 de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) afirma que los productos ultraprocesados son «motor de la epidemia de obesidad en América Latina» (OPS, 2015). Por esa razón, los indicios del aumento en su consumo son preocupantes: según la OPS y la Organización Mundial de la Salud (OMS), el consumo de comestibles ultraprocesados en Colombia aumentó en un 100 % entre 2000 y 2013 (OPS, 2015).
El poder legislativo bloqueó el proyecto de ley propuesto para empezar a enfrentar ese problema al cambiar sus elementos esenciales. Antes de eso, el debate de la iniciativa se dilató varias veces y, en los momentos clave de la discusión, se hicieron presentes en el Congreso decenas de lobistas: algunos de ellos, lejos de los reflectores, intentaron influir en el trámite de la discusión y en la decisión de los congresistas. Otros, desde la tribuna misma del Senado, impusieron narrativas descontextualizadas y lograron enmarcar la discusión en sus términos.
Índice
2 Siglas
3 Introducción
4 Capítulo I. El fallido impuesto a las bebidas azucaradas
7 Capítulo II. La pelea contra la comida chatarra
7 El pulso de la publicidad
8 El proyecto de ley
11 Capítulo III. La derrota en el Congreso
15 Capítulo IV. El debate en medios y la presión ciudadana
15 El cubrimiento periodístico
17 La sociedad civil versus los poderosos
18 La comida ‘chatarra’ y la obesidad
18 La necesidad de las etiquetas
19 El debate y las elecciones: un tema marginal
19 Las redes sociales
21 La gente versus los poderosos
22 Ecos de la campaña presidencial
22 Debate: libertad versus buena información
23 La cuestión de la utilidad de la medida
23 Más allá de las etiquetas: cambio de hábitos
23 La etiqueta #LeyComidaChatarra
25 Conclusiones
27 Referencias bibliográficas