El 80% de la población latinoamericana vive en ciudades, las cuales sufren un alto grado de injusticia social y segregación espacial. En especial los grupos sociales pobres en su mayoría viven en barrios sencillos al borde de las ciudades, donde la calidad del transporte público es deficiente. Además, la inseguridad y los altos niveles de violencia en las ciudades frecuentemente limitan la movilidad diaria en gran medida.